Memorias de una
suicida.
-podría ser una manera radical de
enfrentar los problemas – declaraba el diablillo del hombro- ¿Qué la vida es
bella? La tuya dejó de serla hace mucho tiempo.
Dicen
que soy egoísta por querer irme tan pronto pero más egoístas son ellos por
obligarme a quedarme, ¿No? Al fin y al cabo, toda la vida es sueño y los
sueños, sueños son… Pero de este no parezco despertar, los gritos son ahogados
cada vez, una tras otra…
Veinte
años deberían bastar para pensar en cambiar lo kamikaze y masoquista por
suicida. Solo busco cambiar el ruido por silencio, como el día en que Nietzsche
lloró.
Y
pensar que esta maldición es mi mayor fortaleza.
Los
malditos no tememos a la muerte, poseemos un nivel de abstracción y profundidad
excepcionales, una sensibilidad artística única.
Nietzsche
dijo una vez “Lo que no te mata te hace más fuerte” y nada más allá soy tan
fuerte que noto el dolor ajeno como propio (Es parte de la maldición)
Si ya
estamos en el fondo del pozo nada de lo que venga puede empeorarlo. Pero efectivamente
siempre hay algo más abajo.
¿Quiénes somos? Matadme.
Pidría morir ahora.
Podría ser gris,
ser humo,
ser nada,
ser nadie,
ser fantásticamente tú.
¿Quiénes somos? Matadme.
Pidría morir ahora.
Podría ser gris,
ser humo,
ser nada,
ser nadie,
ser fantásticamente tú.