Aparto todo para ver llover.
Veo como mi ventana también llora porque hoy no es uno de
nuestros mejores días.
Tal vez sea la vida que ya se encargó de prepararnos para la
tormenta, tal vez sea que así limpiamos las impurezas.
La tormenta en Junio llegó como una ducha de agua fría,
Que por más que me moje no consigue tocarme el corazón.
Mi cuerpo no responde, solo observa la ventana,
el diluvio
universal,
el desgarro de mis entrañas.
Por fin parece que cesó. Seguiré quieta por si vuelven esas
nubes…
Hay días de lluvia y días de corazón.
Preciosa y traicionera, fría y agradable, algo inesperado que te cala hasta los huesos...
Preciosa y traicionera, fría y agradable, algo inesperado que te cala hasta los huesos...