Ella camina a paso firme, con la cabeza bien alta, con la mirada al  frente. Por dentro está deshecha. Pero por fuera no va a permitir que  eso se refleje. Tiene los ánimos por los suelos, pero lo soluciona con  unos tacones de 10 centímetros.
La vida le da la espalda, pero ella continúa. El día es gris, pero ella  lleva gafas de sol. No le apetece, pero sonríe, el tiempo pasa deprisa,  muy deprisa, pero ella aprovecha todos y cada uno de los momentos.  Prefiere quedarse en casa, pero sale a comerse el mundo.
Porque al fin y al cabo, si ella no lo hace, nadie lo hará por el
 
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